La historia de la película se desarrolla alrededor de un joven abogado, Kevin Lomax (protagonizado por Keanu Reeves), con la peculiaridad de nunca haber perdido un caso, no importa que tan culpable sea el incriminado. Este especie de superestrella, de un pequeño pueblo de Florida, es llevado a la Gran Manzana para trabajar en un importantísimo bufete, dirigido por John Milton (encarnado por Al Pacino), donde enfrentará dos importantísimos casos, de los cuales sale victorioso. Mientras el protagonista disfruta y se vanagloria de sus éxitos, su esposa Mary Ann debe enfrentarse al cambio de cuidad e incorporarse a la nueva esfera social donde fue acarreada por su marido.
Durante el desarrollo y el apogeo de la carrera de Kevin, se observa como Mary Ann poco a poco pierde su juicio, desencadenado por el abandono emocional y físico de su marido, además de la influencia ejercida por Milton en la vida de la pobre mujer. Al clímax de la película, Lomax observa como su esposa se suicida, culpando de esta decisión a Milton, por ende Kevin lo busca y encuentra más respuestas de lo que esperaba, al enterarse que Milton es Satanás y este es su padre. Lomax toma una decisión donde lo devuelve en el tiempo para cambiar el rumbo de su vida, pero nuevamente es tentado por su vanidad.
Esta historia nos muestra como nuestras vidas están directamente relacionadas con las decisiones que tomamos; por ende, debemos tomar conciencia de en que nos basamos para decidir nuestros caminos, por ello es importante contar con principios firmes para no desviarnos de nuestros propósitos. Es fundamental basar nuestras vidas alrededor del amor al prójimo, dándole tanta importancia como al amor propio, con ello lograremos, en la medida de lo posible, influir positivamente en nuestros semejantes. Se observa en la película, como Kevin Lomax va tomando decisiones basado simplemente en la razón y el amor a si mismo (la vanidad), por ello afecta negativamente a la sociedad en general, al liberar a criminales con la idea de crearse fama y vanagloriarse de ella; con dichas decisiones, únicamente alcanza crearse una culpabilidad enorme que lo atormenta, esto crea su propio demonio.
Durante la película, se determina como la figura de Milton encarna lo que nuestra sociedad determina como “malo”, por esto se fundamenta la idea de que el diablo es la encarnación o personificación del mal; pero desentrañando la película, fuera de los figurismos y realismo mágico que nos hace interesarnos en los “grandiosos” efectos especiales, se nos presenta la figura de un diablo que es culpado del mal en el mundo, esto me hace preguntarme ¿Verdaderamente es esta entidad el culpable? La respuesta la encontramos en el tradicional yo no fui de nuestra sociedad, algo que nos han enseñado que es inherente al ser humano, por mantener esta idea, se ha inventado la figura del demonio (entidad presente en la mayoría de las religiones) para eludir nuestra propia culpabilidad del mal presente en la tierra y con el diablo tenemos a “alguien más” a quien culpar; pero cuando nuestras acciones son las “correctas” se nos muestra que nadie nos incita a hacerlas, sino más bien, estas buenas acciones son producto de la consciencia humana (inspirada por un Dios) ya que con lo bueno no debemos darle mèritos a ninguna “entidad” por hacerlo. Por ello Milton evoca la idea del libre albedrio cuando Lomax le dice que el fue una marioneta de este.
Con el análisis de dicha película logramos vernos reflejados en la persona de Lomax, por como nuestra vanidad nos guía a tomar malas decisiones, por como culpamos a “entidades” foráneas de seducirnos para hacer el mal, al observar a Lomax como incrimina al diablo por llevarlo a hacer el mal, se ve la irresponsabilidad, que se nos ha inculcado, de nuestras acciones. Podemos tomar un punto de partida luego de este razonamiento, una nueva cultura del si fui yo, llegaremos a decir: “tal consecuencia me sucedió por tomar malas decisiones o por hacer el mal”; solo así podremos mejorar como seres humanos y ver un mundo donde se refleje el amor con nuestras acciones hacia los demás.
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